Aproximadamente desde finales de la década de los 60, la
contaminación y el deterioro medioambiental comenzó a ser considerada
como un problema político en varios países industrializados. Como
consecuencia de la toma de conciencia y de la preocupación que se fue
generando muchos países fueron introduciendo una legislación
medioambiental y sobre la década de los 80 se crearon agencias de
protección medioambiental en distintos países así como en organizaciones
internacionales como la ONU.
Ya desde los primeros planteamientos que se realizaron sobre la
necesidad de una acción internacional conjunta de protección del
medioambiente, muchos países subdesarrollados manifestaron su
preocupación porque las medidas de protección medioambiental podrían
frenar el necesario crecimiento económico e industrial que precisaba su
población. Se vio que la industrialización había resuelto las
necesidades de la población de los países desarrollados y ahora estos
podían permitirse expresar su preocupación medioambiental mientras que
los subdesarrollados no podían todavía. Así la introducción de
legislaciones de protección medioambiental en algunos países
desarrollados a principios de los 70 representó una cierta ventaja para
algunos países subdesarrollados, pues las nuevas plantas industriales de
sustancias químicas se establecieron en esos países subdesarrollados
que tenían una legislación más permisiva y que suponía un menor gasto en
equipamiento para controlar la contaminación. Accidentes como el de Bhopal, en la India, donde en diciembre de 1984 murieron 18000 personas en un escape en una planta de isocianato de metilo demostraron la necesidad de disponer de medidas anticontaminantes en todas las plantas.